NO HACE NI DEJA HACER

Mientras los asuntos importantes sigan estando a cargo de seres anticuados que mantienen metido el hocico en las nalgas de la revolución bolchevique, salir del abismo siempre será una cuestión sobradamente yuca y más vale ir malacostumbrándose a ello, porque ahora tienen agarrado el sartén por el mango difícilmente lo querrán soltar.

La mentada Comisión de Trabajo, encomendada sabrá Dios bajo qué criterio a Juan Barahona, creyó que era buena idea dictaminar desfavorable el proyecto de Ley de empleo parcial planteado por los colorados, por lo que más o menos 45 mil cristianos mal contados se quedarán con las ganas de acapararse una chambita durante las santas vacaciones por venir.

Barahona, que nada más hace falta verlo para saber que no es un hombre de este siglo, cortó así las alas a los que andaban pujando por reactivar la dichosa ley, que fue dada de baja por los eruditos de la refundación a la que representa, amparándose en el irrefutable argumento de la alineación de los planetas para acometerla.

Es el diputado patepluma un tipo soberanamente obtuso, cuya visión de país se amplía hasta el extremo más septentrional de su boina, que al no haber conocido jamás la decencia a través de una chamba que no sea la de rémora estatal, considera que no hay razón para que la gente aspire a la superación personal, pues no es algo que a él le haya hecho falta jamás.

Y así estamos, en manos de un mamotreto que no hace ni deja hacer, y que aun así tiene el descaro de echarse a las calles a exigir cosas que desconoce por decreto, pero que con toda su jeta de parásito se atreve a pararle las patas a una iniciativa que favorezca a unos cuantos.

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