MARTELL SE CHIMA CON SIBRIÁN

Eduardito Martell acaba de descubrir que no es lo mismo tres hoyos en el techo que techo tres en el hoyo, pues pasó de mecerse en el éxtasis con las fotos del indómito posando con sus narcocompinches, a revolcarse en el enojo más infantil cuando el protagonista de las narcoimágenes es él.

El estridente muchachito liberal acabó dándose con una turunca en las jachas cuando el exfiscal Sibrián le ventiló la comprometedora imagen, en donde se lo ve todo campante, compartiendo mesa de honor con sus correligionarios Luisito Zelaya y Midence Oquelí, actual inquilino vip del sistema carcelario gringo.

Todo vino a razón de la mención inicial en X hecha por Martell al exfiscal adjunto, de quien insinuó que fungió como lacayo del indómito durante sus años mozos y desencadenando la respuesta de Sibrián, que le sacó la foto, que dijo más que mil caracteres.

Sintiéndose chimado, Eduardito se fue sin breques, como es costumbre en él y los de su clase, que balbucean cuando la tortilla se les da vuelta y se les cae del comal; retó a su interpelador a dar la cara y salir de su guarida ahora que su ex amo y señor aguarda sentencia en el norte.

A fin de cuentas, un pleito barriobajero, fiel reflejo de la altura en la que se arrastra actualmente la clase política catracha, que celebra las vergüenzas ajenas como logros propios a falta de consumaciones políticas sustanciales.

Y una lección de vida para Eduardito, que por muy bruto que acostumbre a ser, seguro escarmienta para no andar de jetón, pregonando una pureza e integridad que le son tan ajenas como al resto de los de su calaña.

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