PRECIO A LA CABEZA DEL SENAF

La toma en la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) ya lleva nueve días. Sí, nueve días de empleados y colectivos de Libre tomándose muy en serio el concepto de “protesta”, sin permitir ningún acercamiento o diálogo.

A pesar de que nombraron al ministro de Sedesol como enlace, parece que se tomó muy en serio su papel y simplemente no se acercó ni un centímetro a resolver el conflicto. Es como si hubiera recibido la misión de “ser invisible”.

Los empleados están tan comprometidos con su causa que ni siquiera se han molestado en abrir los portones. ¿Para qué, ¿verdad? Así pueden seguir exhibiendo orgullosamente su lista de demandas, encabezada por la salida de la ministra Lizeth Coello. Porque, obviamente, cerrar los portones y colgar banderas es la manera más efectiva de resolver problemas de gestión ministerial.

Y claro, no puede faltar el toque político. Los carteles con mensajes llamando “mapaches” y “traidores” son el complemento perfecto para cualquier protesta que se respete. Porque, como ya se sabe, para los colectivos de Libre la mejor forma de conseguir lo que quieren es insultar y descalificar y atacar a quienes no son de su afiliación, además cuando no quieren a sus superiores basta con pedirlo públicamente.

Los quejosos dicen que ya se les debe dos meses de salario y hay despidos injustificados y cómo trabajan mucho quieren que se les reduzcan las funciones, ellos tienen todo un buffet de peticiones.

Y al parecer la efectividad de negociación del titular de SEDESOL, junto con SENAF, no da resultados tampoco se descarta un buffet de malas decisiones administrativas en esa institución, esos ministros de Libre, no dan una y sus colectivos les dan de su propia medicina.

Lo cierto es que las partes en lugar de sentarse a resolver el problema, prefieren seguir manteniendo los portones cerrados y esperar a que la solución les caiga del cielo. ¡Viva la eficiencia gubernamental!

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