FABIO “QUEMA” AL TATA

La Corte neoyorquina sigue ardiendo, a tal punto que a medida van saliendo los narcotestigos a sapear, ni siquiera los parentescos son ya garantía de salvación, pues en el ‘sálvese quien pueda’ solo sobreviven los más fuertes, o descarados.

En el octavo día del juicio contra Juanchi, un viejo conocido fue llamado al confesionario: Fabio, el hijo de Pepe, que según las revelaciones del propio Fabio siempre estuvo al tanto de sus narcomovidas, aunque él siga jurando lo contrario en nombre de Dios y de su Rosita.

Según su retoño de Pepe, recibió éste su buen billetón de los Cachiros a cambio de lo mismo: protección. Siemore según Fabio, el involucramiento de tu papi fue tal que hasta le echó la mano en un par de ocasiones, pues qué clase de padre es aquél que no apoya a sus hijos.

Aún no sale Pepe de su guarida a negar todo, como de costumbre, pero el hecho de que su propio hijo haya salido a embarrarlo no es precisamente un buen augurio, pues bien sabe él que no es lo mismo minimizar lo dicho por un narco confeso que minimizar lo dicho por un narco confeso que además es sangre de su sangre.

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