REDONDO, EL COWBOY DE LA REFUNDACIÓN

Entre las postales más chabacanas que dejó la movilización de los refundidores de la patria en la capirucha, sin duda destaca la de Luis Redondo, que apareció en el lugar de los hechos disfrazado de vaquero.

Toda una prueba fehaciente e irrefutable de que el pan y el circo llegaron para quedarse, de la mano de un gobierno que lo ha elevado al estatus de política de Estado.

Consideró quizás el presidente del Poder Legislativo que ponerse las botas y el sombrero delante de una multitud serían el mejor antídoto para callar o al menos desviar la avalancha de críticas recibidas desde que su ex concubina le sacó a bailar lo de la manutención que dejó de pagar a su hijo, al que exilió en Estados Unidos.

Y hasta cierto punto logró su cometido, pues resultó imposible a la catrachada anteponer el ya abordado rebane montado en torno a la morosidad de Redondo para con su hijo, luego de verlo aparecer con su atuendo, como una especie de John Wayne caricaturizado.

Y así se llega a la mitad del camino refundacional, con un presidente del Congreso convertido voluntariamente en meme, con cuentas familiares por pagar y un nefasto desempeño de sus funciones y de su imagen personal.