EXTRADICIÓN SI, PERO CONDICIONADA

El canciller hondureño, Enrique Reina, aclaró esta mañana que el tratado de extradición con Estados Unidos seguirá vigente, pero con una condición de oro: que no se utiliza con multas políticas en este año electoral ni que incomode a las Fuerzas Armadas. Porque, claro, la justicia es importante… siempre y cuando no cause problemas a los amigos del gobierno.

Durante una conferencia de prensa, Reina explicó que la presidenta Xiomara Castro ha decidido dar un paso atrás en su épica batalla contra la extradición. Según el canciller, el tratado se mantendrá hasta el 27 de enero de 2026, momento en el que el próximo gobierno deberá decidir si lo mantiene o si también le encuentra un “pero”. En otras palabras, patearon la pelota para que otro se haga carga.

“No hay fin del tratado el 28 de febrero, esto para que el nuevo gobierno lo decida el próximo año”, enfatizó Reina, con el tono de quien acaba de descubrir que negociar con Estados Unidos no es lo mismo que regatear en el mercado.

Además del tema de extradición, en las negociaciones con Washington se lograrán acuerdos en materia migratoria, económica y de defensa. Sin duda, un paquete completo, aunque sin demasiados detalles sobre qué tanto se concedió a cambio de seguir entregando a los personajes más ilustres del país a la justicia estadounidense.

Lo más curioso de todo es que el gobierno parece convencido de que logró imponer condiciones a EE.UU., como si el Tío Sam estuviera perdiendo el sueño por las “exigencias” de Tegucigalpa. Ahora solo queda esperar a ver si Washington toma en cuenta la súplica de no usar el tratado con “fines políticos”, o si responde con una simple sonrisa diplomática antes de seguir con lo suyo. Porque, al final, la verdadera pregunta es: ¿quién realmente tiene la sartén por el mango en esta relación?

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