XIOMARA CASTRO DESAFIANDO REGLAS INTERNACIONALES
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, volvió a demostrar su talento para desafiar las reglas del juego económico internacional durante la 38 Reunión de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En un discurso vibrante, cargado de firmeza y convicción, exigió que los préstamos de los organismos multilaterales no sean condicionados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), ese villano recurrente de la narrativa gubernamental.
“Estoy al día en el pago de la onerosa deuda que heredamos” proclamó Castro, sin mencionar que esa deuda sigue aumentando. Todo esto, según ella, sin decretar más impuestos, lo que sin duda es un alivio para quienes a diario hacen malabares con el costo de la vida.
La mandataria también llamó la atención sobre el acceso a créditos para empresas con “conflictos de interés” con el Estado. Queda por ver cómo se definirá exactamente este “conflicto de interés” y quiénes serán los grandes beneficiados de la reorientación del crédito.
En una muestra de pragmatismo económico, Castro pidió que los fondos destinados a grandes empresas se dirijan a la micro, pequeña y mediana empresa en sectores como la investigación científica y la tecnología, porque en Honduras, como todos sabemos, las pequeñas empresas tienen laboratorios de investigación listos para revolucionar la economía global.
También abogó por destinar más fondos a la zona rural, al sector forestal, pecuario y a la preservación del medio ambiente, una noble intención que suena bien pero solo en los discursos.
Finalmente, Castro agradeció al BID su apoyo, haciendo un llamado a trabajar por una sociedad “más justa y unida”, aunque sin ofrecer detalles de cómo se lograría ese idílico objetivo. Su discurso cerró con la enigmática sentencia: “Si no hay reformas, no hay opción”, dejando la interpretación abierta para quienes aún intentan descifrar su plan económico.
Mientras tanto, la economía hondureña sigue navegando entre promesas, discursos encendidos y una realidad que parece no coincidir del todo con las declaraciones oficiales.