LAS IGLESIAS ALZAN SU VOZ

Sin andar vendiendo humo, las iglesias reunieron en un santiamén a más gente en la calles de la capirucha que las que aglomera Rixi Ramona Moncada en sus concentraciones políticas. Centenares de creyentes marcharon este domingo exigiendo al gobierno refundidor que mueva aunque sea un dedo en favor de la paz y la unidad, pues el asunto se les está yendo de las manos.

En una senda marcha que arrancó en el bulevar Suyapa y pegó el porrazo frente a Casa Presidencial, líderes y feligreses de distintas denominaciones pincelearon pacíficamente las calles para exigir además un alto definitivo a la ola de violencia que tiene a medio mundo viviendo con el corazón en un puño, por más que el discurso del oficialismo ofrezca otra versión, que, dicho sea de paso, está alejada de la realidad.

“Damos gracias a Dios porque somos más las personas que buscamos de su misericordia, somos más voces que estamos unidos pidiendo paz, que no haya odio en el país”, dijo uno de los marchantes a Proceso Digital; y es que resulta que el panorama está tan yuca en la actualidad, que hasta los más pacíficos han decidido tomar al toro por los cuernos y alzar l su voz.

Pero como hay de todo en la viña del Señor, tampoco faltaron los oportunistas de turno, que quisieron apuntarse un tanto tirando rostro entre los feligreses, como por ejemplo Juan Diego Zelaya, el aspirante a la guayaba de la capirucha; y el mismísimo Nasralla, en su condición de aspirante a la guayaba presidencial.

Su presencia, más la de una enorme bandera nacional color azul profundo portada por los religiosos, es lo que puso después a muchos del oficialismo a poner etiquetas a la marcha, tildándola no de marcha pacífica sino de marcha política, pues ya se sabe que ellos ven enemigos hasta debajo de las piedras con tal de darse razón con su siempre sesgado relato.

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