SAR MÁS LEMPIRAS, CONTRIBUYENTES MENOS SONRISAS

Con bombos y platillos, la directora del Servicio de Administración de Rentas (SAR), Rosa Mariana Ríos Munguía, alias la grilla ya saben por aquello del su hermano y el familión extendido, anunció el logro fiscal del año 2024: una recaudación de 98,065.48 millones de lempiras, superando la meta inicial de 96,014.11 millones.

“Logramos un sobrecumplimiento del 102.03 %”, dijo con la misma euforia de quien encuentra un billete de 500 lempiras olvidado en un pantalón viejo.

Durante la conferencia, Ríos Munguía detalló que este hito histórico se debió principalmente al desempeño estelar del Impuesto Sobre la Renta (ISR), que aportó un glorioso 54 % del pastel tributario, seguido del Impuesto Sobre Ventas (ISV) con un honroso 35 % y, bueno, un 11 % de “otros impuestos” porque siempre hay que dejar espacio para la creatividad fiscal.

“La recaudación superó nuestras expectativas”, dijo la funcionaria, mientras probablemente escuchaba el susurro colectivo de los contribuyentes diciendo: “¡claro que sí, si nos exprimieron hasta las propinas!”.

Ríos Munguía destacó el buen desempeño del ISV, señalando que el consumo interno “está funcionando de manera efectiva”. Lo que olvidó mencionar es que este consumo se ha vuelto un arte de sobrevivencia, con los ciudadanos calculando cómo hacer rendir el salario entre impuestos, tortillas y sueños rotos.

Por si fuera poco, dejó claro que en 2025 el SAR no se dormirá en sus laureles. La meta ahora es la aprobación de la tan esperada y temida Ley de Justicia Tributaria, un título que suena a promesa de igualdad, pero que los escépticos ya traducen como “más tributos para los mismos de siempre”.

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