COFADEH EN BUSCA DE JUSTICIA CON ARCHIVO LLENO DE POLVO
La coordinadora del COFADEH, Bertha Oliva, ha decidido añadir más capítulos al voluminoso expediente que acusa a los exjerarcas militares responsables de lo que califican como atrocidades derivadas del golpe de Estado del 2009.
En un país donde las solicitudes de justicia compiten con las acumulaciones de polvo en los escritorios gubernamentales, COFADEH busca dos ampliaciones más para dar voz a las víctimas que aún esperan reparación, y de paso, sacudir la memoria colectiva.
Según Oliva, no basta con los cargos existentes contra Romeo Vásquez Velásquez, Venancio Cervantes y Carlos Roberto Puerto, quienes ya cargan con la responsabilidad de la muerte de Isis Obed Murillo, sino que es crucial incluir las heridas infligidas a diez manifestantes el 5 de julio de 2009, el asesinato del profesor Roger Valerio y el caso de Pedro Magdiel, cuya muerte sigue siendo una cicatriz abierta.
“Del archivo a la justicia”
Mientras tanto, el Ministerio Público, ahora conocido como la “lavandería de expedientes”, tiene ante sí la titánica tarea de rescatar la justicia de los archivos que más parecen reliquias arqueológicas.
COFADEH no solo exige la ampliación de los requerimientos fiscales, sino que también pone sobre la mesa a los peces gordos: Roberto Micheletti y otros cerebros detrás del golpe. Porque, según Oliva, en Honduras no se puede hablar de lesa humanidad sin mencionar a los autores intelectuales que convirtieron al país en un laboratorio de represión.
El eterno déjà vu judicial
En un país donde las solicitudes de justicia son recibidas con la misma celeridad que las cartas de amor a Santa Claus, las declaraciones de Oliva nos recuerdan que, aunque los archivos estén llenos de pruebas, sin voluntad política no hay tribunal que dicte sentencia. Ahora la pelota está en la cancha del Ministerio Público actual, y veremos si esta vez logran moverla antes de que se cubra nuevamente de polvo y olvido.
Por otra parte, ya se sabe que es una justicia selectiva los que turnan en el poder no deben ser tocados ni con el pétalo de una rosa. Y así va girando la supuesta justicia.