COHEP MARCA LA RUTA: CHAMBAS, EDUCACIÓN Y SALUD

Para empezar a atizar el año con todo, los del Cohep le salieron exigiendo al gobierno refundidor que se deje ya de tanta paja y priorice la inversión del billete en salud, educación y, sobre todo, en generar empleos, porque desde que agarraron la guayaba son ya como 600 mil cristianos los que se han quedado sin chamba y desde entonces no han vuelto a ver la luz.

En su tradicional Mensaje a la Nación pronunciado este martes desde su sede en la capirucha, los empresarios recordaron que 2024 estuvo marcado por “momentos difíciles”, que provocaron que la catrachada siga padeciendo “problemas estructurales como la pobreza, la inseguridad y la crisis energética” y, por tal razón, las prioridades de la clase gobernante deberían ser las antes mencionadas, ya sea por obligación o por sentido común.

“El sistema de salud y educación enfrentan serios retos que limitan el desarrollo del país. La falta de recursos adecuados, infraestructuras deficientes y acceso desigual a servicios esenciales afectan directamente a millones de hondureños”, reza el documento en el que recuerdan ellos lo fundamental que es “garantizar una población sana y preparada”, que sea “capaz de contribuir al crecimiento y progreso”.

Y como tampoco podían obviar ellos lo de la mentada Ley de Justicia Tributaria, también refrescaron la amnesia de los dirigentes refundidores, porque si ésta no está basada en un “amplio consenso tanto social como político”, los efectos, además de negativos serían “hasta significativos”, debido a que los empresarios son “los principales contribuyentes al sistema fiscal” y es a ellos a quien parece que la ley pretende confrontar.

Y es que el Cohep dice estar cacahuete porque “una reforma mal estructurada pueda poner en riesgo la estabilidad laboral, destruir empleos y aumentar la carga sobre la canasta básica de alimentos”, ya que eso afectaría de volada aún más a las familias, que al final del cuento son siempre las que salen trasquiladas de las nefastas decisiones de los eruditos del gobierno refundidor, a los que no se les ve por dónde puedan reconducir el aciago panorama en que nos tienen metidos.

Por tal razón y para evitar un descalabro aún mayor, recordaron ellos la necesidad de un “diálogo formal y responsable”, que permita lograr acuerdos que no solo traten “sobre los ingresos fiscales”, sino que también “promueva la competitividad, la inversión y la creación de empleos para un desarrollo sostenible y justo para todos los hondureños”; cosa que definitivamente ha pasado a mejor vida desde 2022.

Aun así, y pese a que el trabajo será encomiable y los retos serán mayúsculos, ven ellos con cierto optimismo el panorama, ya que al ser un país de gente en edad cipotona las oportunidades siempre estarán sobre la mesa, aunque eso a la vez urge de “propuestas electorales que incluyan soluciones reales para este importante sector de la población”, aprovechando que están todos los politiqueros centrados en sus campañas.

Sin embargo, tampoco hay que hacerse los de a peso, pues todo ello plantea “la necesidad de contar con un plan claro y bien estructurado ante el anuncio del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de devolver migrantes a Honduras”, lo cual debe ser resuelto con diálogo y no con bravuconadas o amenazas, como ha sido el caso.

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