¡EN LO QUE ACABÓ ROOSEVELT!

El pobre Roosevelt Hernández ya no haya qué hacer con tal de agarrar famita y levantar perfil. La última que se sacó de la manga el todopoderoso jefe del Estado Mayor Conjunto fue ponerse a repartir arroz con pollo en pleno parque central de la capirucha.

Ahí, cucharón en mano, se mimetizó Roosevelt con el gentío, que con tal de echarse un bocado a la boca no le amagan a nada, y menos en estos tiempos de frío y desempleo, donde las porciones repartidas por el chafa debieron caer como agua de mayo.

Roosevelt y sus subalternos “compartieron con los transeúntes y pobladores de zonas aledañas, diferentes alimentos como nacatamales, torrejas, arroz con pollo, rosquilla en miel, refresco y café para brindar un poco de alegría a la población en estas fechas” publicaron las FFAA en sus redes, donde a Hernández lo ven como a una especie de imaginario héroe de guerra.

La escena, sin embargo, pareció más un acto chabacano de proselitismo político, aderezada con las especulaciones recientes sobre el supuesto premio que la refundación querría dar al general, a quien colocarían como relevo de Rixi cuando ésta dé el salto definitivo a las primarias y generales.

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