ALDANA SALE ILESO DE ATENTADO ¿PERO QUIEN SIGUE AL GORDITO?
El alcalde capitalino, Jorge Aldana, vivió la noche del jueves lo que muchos hondureños enfrentan a diario: la violencia desenfrenada en las calles de la ciudad.
Según reportes, desconocidos atentaron contra uno de los vehículos de su seguridad en el bulevar de las Fuerzas Armadas, porque, al parecer, hasta los maleantes están interesados en “dialogar” con los funcionarios públicos.
Afortunadamente, el gordito de buen corazón salió ileso del incidente, al igual que su personal de seguridad. Su equipo, que siempre está listo para apagar incendios —aunque sean figurativos—, aseguró que “todo está bajo control”, excepto, claro, la ola de criminalidad que azota la capital.
La Policía de Investigación (DPI), encabezada por el oficial Eduardo Turcios Andrade, anunció con solemnidad la creación de un “equipo de alto nivel” para investigar el caso.
“Estamos recolectando pruebas”, dijo Turcios Andrade, aunque no aclaró si los encargados usarán lupa, dron o poderes telepáticos para encontrar a los responsables en un país donde los casos suelen “archivarse” mágicamente.
El alcalde, quien cuenta con una “seguridad robusta” —a diferencia de los ciudadanos comunes—, agradeció a sus guardaespaldas por mantenerlo fuera de peligro. Mientras tanto, los hondureños se preguntan si algún día tendrán derecho a sentirse igual de protegidos.
Este hecho deja claro que ni las figuras públicas ni los simples mortales están a salvo.