QUIRÓFANOS FANTASMA

En un país donde los hospitales parecen más agencias de empleo inicial que centros de atención médica, el presidente del Colegio Médico de Honduras, Samuel Santos, decidió enfrentarse a la quimera de la despolitización del sistema de salud pública. Santos alzó la voz, no sin antes asegurarse de que algún político no lo estuviera fichando para el próximo período electoral.

“El sistema de salud no es un campo de batalla política, pero parece que alguien olvidó explicarlo”, arrancó Santos, con un tono más cansado que un médico de turno nocturno en el Mario Catarino Rivas. Y es que, según el líder gremial, mientras los partidos políticos se disputan los aplausos en el Congreso, los quirófanos disputan insumos, médicos y, por supuesto, presupuesto.

Quirófanos “en pausa” y un guion repetido

En el Hospital Mario Catarino Rivas, que presumen de tener más de 10 quirófanos, solo cuatro están operativos. ¿El resto? Tal vez esperando su debut en una serie de Netflix llamada Hospitales Fantasmas.

 “No es culpa de los médicos ni de los pacientes; es culpa de la estructura política que pone en pausa quirófanos y soluciones”, criticó Santos, mientras las familias de pacientes consideran iniciar una huelga… o tal vez una carrera política, que parece más efectiva.

La denuncia de Santos es clara: los hospitales han sido convertidos en sucursales del club político de turno. Contratan más administrativos, pero olvidan que un médico o una enfermera no puede ser reemplazado por alguien que solo sabe archivar excusas, ironizó. Mientras tanto, los pacientes siguen esperando, más que una cirugía, un milagro.

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