NUEVOS TIEMPOS, VIEJAS MAÑAS
Pese a estar bien adentrados ya en pleno siglo 21, en lo que respecta al modo de hacer política por parte de los precandidatos catrachos parece que nada ha cambiado en comparación a décadas pasada, pues pese a que las necesidades del populacho han aumentado y se han diversificado, las prácticas politiqueras parecen ancladas en el pasado.
Así lo ve, por ejemplo, el analista político, Luis León, quien al ser preguntado por el tema señaló que “los políticos hondureños no han evolucionado y eso se nota en sus promesas, que son las mismas de hace 40 años”, una apreciación compartida y sustentada, además, por diferentes estudios.
Entre ellos el tal ERIC, el IUDPAS y el Latinobarómetro, que en sus ediciones más recientes expusieron que seis de cada 10 catrachos ya no creen ni le aguantan paja a los partidos y, mucho menos, a sus cabecillas o aspirantes a cargos de elección popular, que cada cuatro años aparecen con las mismas mañas de antaño, como si la gente se chupa los mocos.
Lo peor de todo es que, bien sea por desinterés o por mera incapacidad, tampoco se esfuerzan en darle un giro a sus estrategias, pese a que, por ejemplo, en las internas y generales del 2025 más o menos 500 mil nuevos electores aparecerán por vez primera en el censo, lo que en principio debería suponer un cambio de chip para los aspirantes. Pero ni así.
“Es importante que los jóvenes aprendan a votar y a seleccionar bien a los que dirigirán el país. A estos nuevos votantes es más difícil engañarlos, como sucede con el voto duro de cada instituto político. Es un reto importante ofrecer una oferta que llame la atención de estos nuevos votantes” analizó León.
Sin embargo, es el suyo un análisis que cae en saco roto cuando de mantener embrutecida a la gente se trata, que es precisamente la intención de la mayoría de precandidatos y candidatos, pues perversamente han entendido que por ahí pasa mantener el estatus quo que tantos réditos les representa. Estamos cabales