OSADA Y VALIENTE ACCIÓN POLICIAL

Al no haber quién ponga orden, en la selva catracha cualquier papo se cree con derecho de jetear incluso a la mismísima Policía, aunque por suerte aún quedan agentes rectos y valientes que, pese a los pesares, ponen el pecho para hacerse respetar, como los de Catacamas, donde uno de ellos encaró a un grupo de soberbios que se negaron a mostrarle sus permisos de portar armas.

Y no solo los encaró, sino que además los grabó en video, sin temblarle el pulso e imponiendo su jerarquía, como debe ser, para dejar constancia de su valentía y de la actitud insolente de los energúmenos, que andaban armados hasta los dientes. Y es que eran más o menos una docena de ellos que, según trascendió lueguito, lo que hacían ahí era custodiar un velorio dizque por petición de la familia doliente.

Pero eso es una cosa y otra muy distinta es que se las quieran tirar de gallitos con los chepos, que en solo cumplían con su deber cuando les pidieron amablemente los papeles de los cuetes que portaban, que no eran precisamente de juguete. Aun así, en minoría, se les paró en 30 con el tizón en una mano y el teléfono en la otra, pues el interlocutor de la banda armada nunca obedeció su orden.

No contentos con su exhibición innecesaria de altanería, los muy pillos procedieron a intentar fugarse del lugar y zafarse del ajetreo del pleito, sin logar evadir al valiente y testarudo agente que, a bordo de una patrulla les dio persecución instando a su compañero, el que conducía, que les cruzara el vehículo para interceptar y evitar la fuga de los altaneros, a los que terminaron requiriendo todo un arsenal que bien bastaba para una guerra.

“Nadie puede brindar seguridad sin el permiso de una empresa autorizada” les gritó, pues no tenían ellos la razón ni mucho menos la autoridad para hacer lo que hicieron, sin contar con que se encontrarían ante sí al que quizás sea uno de los pocos agentes policiales catrachos dispuestos a cumplir y hacer cumplir la ley, como Dios manda y como el populacho demanda.