DEUDA EN HONDURAS MÁS GORDITA
La deuda pública de Honduras está cerca de la obesidad y sigue con apetito voraz.
La deuda interna de Honduras no solo se ha puesto a dieta; al contrario, parece estar participando en un maratón de glotonería financiera. Entre septiembre de 2019 y septiembre de 2024, la deuda aumentó de 116,707.2 millones a la robusta cifra de 201,149.9 millones de lempiras. Eso son L84,552.7 millones adicionales, lo que equivale a unos cuantos ceros más en las pesadillas de los contribuyentes.
En dólares, la historia no se queda atrás. De 4.739,3 millones, la deuda saltó a 8.096 millones, un incremento de $3.356,7 millones. Y si hablamos del Producto Interno Bruto (PIB), esta cifra pasó de significar el 40.1% en 2019 al 49.2% en 2024, porque ¿qué mejor manera de impulsar la economía que endeudarse hasta el cuello?
Covid-19, Eta, Iota y otros pretextos mágicos
La Secretaría de Finanzas (SEFIN) no se quedó corta para justificar este crecimiento. Pandemias, tormentas y una buena dosis de gasto corriente engrosaron los números. En 2020, por ejemplo, se emitieron títulos gubernamentales históricos por L29,043.5 millones, pero no se preocupe, esos billetes fueron directo a tapar huecos presupuestarios. ¿Inversiones estratégicas? Mejor otro día.
Deuda a plazos… porque los nietos también tienen derecho a pagar
Entre los préstamos estrella, destaca uno de $1,000 millones del Banco Central de Honduras (BCH) a SEFIN, con un plazo de 30 años y ocho años de gracia. Es decir, los hondureños del 2054 pueden estar tranquilos: también tendrán el honor de contribuir a este espectáculo financiero.