HÉROES; HONOR A QUIEN HONOR MERECE

Bien dicen que en tiempos de crisis es donde se ven los líderes de verdad y desaparecen los charlatanes, y eso ha quedado clarísimo una vez más con la labor de los bomberos, que sin andar pensando en sus salarios pirujos y sus jornadas laborales extenuantes y de alto riesgo, han salido a cuidar a su gente durante las inundaciones de estos días.

Una pizca de toda su encomiable trabajo se dejó ver allá en Armenta, en la periferia de San Peter, donde se las ingeniaron ellos para atravesar el envenenado río homónimo y poner a salvo a niños, ancianos, embarazadas y hasta perros, instalando una especie de canopy improvisado para pasarlos hasta la otra orilla, sin siquiera detenerse a pensar en el riesgo de exponer sus vidas.

Una labor de verdaderos héroes que contrasta severamente con la de otros, que, teniendo infinitamente más recursos, no han pasado de dictar órdenes desde sus oficinas, o desde las redes sociales, como si el agua que llega al techo de las casas en los barrios y colonias afectadas fuese a bajar su caudal con mensajitos de falsa solidaridad e insuficiente respuesta.

Honor a quien honor merece, y quien más que ellos para merecerlo, pues, aunque su trabajo y dedicación solo suelan destacar cuando las cosas se ponen realmente feas, lo cierto es que su quehacer heroico y solidario es de todos los días, y sin andar pidiendo fotos, portadas ni reconocimientos. Al Filo aplaude a todos y cada uno de los bomberos de Honduras.

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