DE LAS PÉRDIDAS AL DRAMA DE ROBO EN PALMA AFRICANA
En Honduras, donde hasta la fruta de palma africana parece tener más movimiento que el desarrollo nacional, nos encontramos con un drama tropical de vergüenza ajena unos la roban, otros la lloran, y las autoridades… bueno, ellas observan desde la sombra.
El abogado Juan Sánchez Cantillano, representando a las empresas afectadas, denuncia con tono solemne que, en Nueva Armenia, la palma africana se convierte en el botón de los más audaces.
“No es un problema de propiedad”, asegura, porque las tierras están tan legalmente inscritas como el hondureño promedio en Facebook. ¿Entonces? El problema es la “usurpación” y el robo descarado de la fruta, como si los ladrones hubieran abierto su propio mercado de “fruta libre”.
Eso deja pérdidas millonarias a los propietarios. Mientras tanto, el Ministerio Público y la Policía Nacional, aparentemente conscientes del drama, parecen estar tomándose su tiempo para redactar su -Plan Estratégico de Observación Activa- . Porque claro, en Honduras, actuar con rapidez ante un delito es un lujo que nadie se toma.
Y como siempre, las consecuencias no tardan en llegar: pérdidas de empleo para quienes dependen de estas tierras, y por supuesto, el aroma inconfundible de la frustración que impregna a quienes intentan hacer algo legítimo en un país donde la ley parece tan flexible como una rama de palma.
Así que mientras unos se llevan la fruta y otros los problemas, queda claro que en este país no importa si es palma, café o plátano: ¡siempre habrá alguien aprovechándose y dañando a otros.