RIXI SE PUSO EN PLAN MÁRTIR
Hizo malabares verbales Rixi Ramona para condenar la violencia política sufrida por la cachureca Sara Zavala sin que se le notara que de verdad le importa un pepino el asunto, pese a tratarse de una mujer, y pese a que sus promesas de campaña incluyen un rigor especial para ese tipo de sucesos.
Al ser abordada por el tema, dijo ella condenar “todo tipo de violencia”, zafándose así de la responsabilidad de tener que lamentar de cara al público lo sucedido por la azuleja, pero aprovechando para meter la puyita de que no solo la violencia verbal sino también “la física, la psicológica y la económica”.
Porque claro, según ella, nunca es mal momento para politizar su discurso, aunque a la pobre Zavala le haya quedado la nariz como la de un boxeador después del conazo que le propinaron los recalcitrantes colectivos que a ella la representan y la defienden con uñas, dientes y conos.
Y la condena, según ella, “a pesar de la ingratitud con la que nos tratan las granjas de botas del bipartidismo tradicional”, desviando así la atención magistralmente para recaer en su discurso de odio con el que espera que le ajuste para las elecciones, quizás sabiendo que así al menos tendrá fijos los votos de los violentos, que en su partido parecen ser mayoría, para desgracia de la mayoría.