RASEL YA CHOCHEA
A su larga lista de burradas Rasel Tomé sumó una más: la de afirmar que se comunica con Francisco Morazán Quezada para pedirle consejo. Afirmación que si no fuera porque ya uno lo conoce y sabe que ha hecho del cinismo su bandera, cualquiera pensaría que está listo y servido para que lo amarren y lo encierren.
Y es que, independientemente de si habla en serio o no, lo cierto es que, para decir tal barrabasada, y peor aún en vivo y en directo en la tele, hay que estar ya chocheando, ya que por si fuera poco dio hasta detalles de la charla con el prócer: “Me habla de la importancia de fortalecer la educación, de darle al pueblo hondureño esa capacidad de tener un pensamiento crítico”.
“Me habla constantemente, platico con él” insistió ante un Darío Banegas que no daba crédito a tamaño majadería, que no sirve ni como estrategia de campaña, pues si su intención era llamar la atención quizás sí lo haya logrado, aunque a costa de dejarse por el camino tres tornillos y un chorro de aceite.
Pero qué se puede esperar de una criatura cuyo modelo político es Andrés Manuel López Obrador, expresidente mexicano cuya cordura siempre fue puesta en entredicho por sus paisanos de uno y otro bando, y cuyos chocheos claramente parecen haber influenciado a Rasel, que pese a todo insiste en que “de ninguna manera” siente que hace el ridículo diciendo lo que dice.