CARLA PAREDES VIVE EN OTRA REALIDAD

Nada más lejos de la realidad: la bailarina ministra de Salud, Carla Paredes, demostró que vive en un mundo alternativo, asegurando que tiene todos y cada uno de los hospitales fuleados con medicinas, pese a que el día a día de los miles pacientes le da una patada en el pecho a su afirmación, pues contados son los que salen de ahí con los medicamentos que ocupan.

Porque una cosa es lo que diga ella, o lo que la manden a decir sus patrones, y otra muy distinta es lo que ocurre en las afueras y pasillos de los centros asistenciales, donde las filas son más largas que la falsedad de su discurso: “Este gobierno ha acabado con el desabastecimiento; los hospitales y centros de salud están abastecidos de insumos y medicamentos” se atrevió decir.

Se le nota a Carla que anda más perdida que el hijo de Lindbergh, pretendiendo ocultar con su ceguera política una realidad en la que a miles de catrachos se le niega el derecho a una atención hospitalaria de calidad, pese a que aportan millones y millones de pesos con sus impuestos, que desaparecen por arte de magia cuando caen en las manos de mantequilla de los administradores de la refundación.

Nada le costaba a ella matizar y decir que el abastecimiento ha mejorado, aunque no sea así, porque el hecho de haber dicho que está cubierto al 100% ya es mentir por mentir, porque, aunque el pueblo tenga bastante necesidad tampoco quiere decir que es bruto, pues sabe que la culpa del desabastecimiento no es exclusiva suya. Y es ese afán de pretender vernos la cara de tontos lo que más incomoda de su gestión, más allá de su ineficiencia como gestora.

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