DEFENSA DE ALTURA DIPLOMÁTICA PARA RIXI

Cuando el llamado a la defensa de una “favorita” resuena, el canciller Enrique Reina no pierde el tiempo en gestos diplomáticos; Parece que, para él, el arte de la persuasión internacional bien puede esperar si se trata de proteger a la ministra de Defensa, Rixi Moncada.

En un arranque de pasión política, Reina atacó con todo a las organizaciones que se atrevieron a sugerir algo tan descabellado como la renuncia de Moncada. Para el canciller, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la Red por la Defensa de la Democracia (RDD) no son más que ONG’s oportunistas que, al decirle “la verdad”, resulta que solo practican una especie de “cinismo mágico”.

Reina, en su arrebato protector, no dudó en cuestionar al CNA y al RDD por “no haber pedido la renuncia” del expresidente Juan Orlando Hernández por sus dos presuntos fraudes electorales y su “narcoestado”.

No importó que el tema en cuestión fuera el conflicto de intereses de Moncada, a cargo de la Secretaría de Defensa y con el manejo de las Fuerzas Armadas, algo que según el CNA y el RDD podría interferir en la neutralidad electoral de cara a 2025. Para Reina, el hecho de que esas mismas ONG’s no hayan “hecho campaña abierta” antes parece el verdadero escándalo.

César Espinal, coordinador del Observatorio de Política Criminal Anticorrupción del CNA, intentó explicar que la preocupación es la influencia de la Secretaría de Defensa en el proceso electoral. “Lo más sano sería apartarse de los cargos”, señaló Espinal. Pero, en un país donde las decisiones parecen estar impulsadas por la fidelidad más que por la institucionalidad, esa sugerencia parece un pecado imperdonable.

Así que, si bien la diplomacia de Honduras quizás se esté tomando un pequeño descanso, al menos el show político no tiene pausas. Enrique Reina, incansable en su misión, ha dejado claro que, cuando se trata de proteger a Moncada, ni la prudencia ni la neutralidad electoral son prioridades; al parecer, en la “diplomacia” de Reina, la lealtad está primero, y la diplomacia… tal vez para después.

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