REDONDO EN CHINA
Nada mejor que echarse un viajecito al otro lado del mundo para desconectarse del tedio que supone eso que la gente llama trabajar. Con el raite por China, Redondo vuelve a llevar a su máxima expresión la política del cinismo, impuesta con total desvergüenza en detrimento de la agenda legislativa.
Un cinismo reincidente y hecho bandera, pues no es la primera ni será la última vez que el impuesto jerarca del hemiciclo decida pasar por alto sus obligaciones con tal de darse a la vagabundeada, supuestamente costeada por los países anfitriones.
Mientras tanto, que se las apañen otros, que para eso están. Que eso de nombrar comisiones por docena no es por gusto, sino por la propia necesidad de disfrutar del raite sin sobresaltos.
Un centenar de días han pasado ya desde el último cónclave legislativo, y cien más podrán pasar mientras la “guaca” del erario lo permita. La nutrida comitiva del “Congreso del Pueblo”, aun así, parece dispuestísima a seguir fanfarroneando con total desfachatez sin ofrecer soluciones a un pueblo que les paga religiosamente sus jugosos salarios.