XIOMARA CASTRO HACIENDO CAMPAÑA A LA RIXINETA
De inauguración en inauguración sigue la presidenta Xiomara Castro quien más parece ministra de obras públicas, pero por ahí anda desgalillándose porque al parecer esta en campaña abierta, seguramente le está haciendo los mandados a la Rixineta que se ha descarrilado o mejor dicho estrellado en pleno batallón.
Quimistán recibió con bombos y platillos a la presidenta Xiomara Castro, quien no dejó pasar la oportunidad para lanzar una joya memorable: “La mitad de mi corazón siempre está aquí” Claro lo otra mitad es del comandante, no tardaron en decir las malas lenguas.
Xiomara, al mejor estilo de un maratón político, desplegó con entusiasmo su lista de logros. Según ella, ha superado a todos los presidentes de la era democrática, y no lo dice cualquiera: sus hazañas son tantas que la NASA ya está considerando contratarla. Al unisono todos los achichincles coreaban no volveran y entre gritos y aplausos dieron más la mitad de su entusiasmo a la presi, la otra mitad ya saben…
Sin embargo, entre tanto asfalto y cemento, más de uno ya murmura que parece más ministra de obras públicas que presidenta, pues no deja un tramo sin inaugurar, repitiendo su conocido discurso contra la “narcodictadura”. Como si fuera poco, ahora ha añadido una nueva melodía: “No somos iguales”. Pero el pueblo, afilado como siempre, no se queda callado y brotan los memes y comentarios mordaces en las famosas redes sociales donde le responde: “¡Pues si no son iguales, son peores!”.
Entre tanto corte de cinta, Castro sacó a relucir otra vez la polémica Ley de Justicia Tributaria, que le ha generado más dolores de cabeza que las reuniones de gabinete. “Hay muchas necesidades, pero si pagaran, mi Gobierno tuviera cómo hacer las obras. La Ley de Justicia Tributaria, por sí misma lo dice, es justa” , recalcó. Como siempre, la presidenta mantiene su estilo directo, pero ya algunos empresarios prefieren tomar analgésicos en lugar de escuchar sus discursos que son voz cantadita parece que ya va a llorar.
Mar como mar, la gira continúa. Y quién sabe, con tanto amor declarado en Santa Bárbara, quizás un día inaugurar, además de carreteras, un monumento al “corazón compartido”, entre Santa Barbará y el comandante.
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