RIXI NECESITA QUE LA GUÍEN

Rixi Ramona Moncada como que va de mal en peor, pues ya no la pueden dejar solita ni cuando lee sus discursos en público. El pasado finde en la capirucha lo dejó clarito, cuando requirió ella de los servicios de una edecán para sortear el trámite protocolario como buenamente pudo, durante la ceremonia de ascensos en el ejército.

Pero no fue una edecán cualquiera, ya que la pobre muchacha a la que le tocó el dudoso honor, además de tener que pasar la vergüenza de sostenerle los papeles sobre el podio, también debió reconvertirse en su espantadora de moscas oficial, ya que ni eso parecía ser capaz de hacer por cuenta propia la ministra.

En repetidas ocasiones tuvo la muchacha que sopapear a los insectos que volaban alrededor de una Ramona a la que se le notó la emoción, como cualquier activista de medio pelo, cuando su discurso la mandaba a dirigirse a Xiomara que estaba detrás suyo, y a quien habló de los “avances significativos” de su labor como la mera toda de Defensa.

Parte de esos supuestos avances pronunciados con tanto ahínco tienen que ver con la jodedera de la refundición de querer construir una cárcel en lo que chuscamente llamó “Isla de Disney”, o de “Sdisny”; un error que sobrepasó las habilidades de la edecán, a la que no le quedó más remedio que mirar para otro lado, quizás para no reírse, o para no llorar.

Porque la labor de la muchacha también consistió en tener que hacerle señas a la ministra en repetidas ocasiones para que se centrase en lo que estaba leyendo y no metiese más las patas, como si se tratase de un Lazarillo que guía los pasos de una ciega que busca llegar a su destino, cueste lo que cueste.

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