HÉCTOR MAQUILLA LA VERDAD

Fiel al guion establecido por la refundación familiar, Héctor Manuel Zelaya, primogénito de la parejita presidencial, maquilló la verdad en torno a la ratificación del pacto de la impunidad por parte de la Corte, con el cual los exfuncionarios del gobierno de su papi se irán de rositas ante la ley por sus fechorías cometidas entre 2006 y 2009.

Fechorías de las que, por supuesto, él no habló, pues ya se sabe que no conviene a la narrativa de sus progenitores; lo único que hizo fue atreverse a asegurar que lo aprobado por 10 votos a 5 de los magistrados no representa ningún pacto, sino un “reconocimiento del Estado de que hubo un golpe de Estado en el 2009”. Hay que reconocerle la labia que tiene.

Pero más allá del eufemismo, en algo sí que tiene razón el príncipe heredero, y es que los que se involucraron aquel año a favor del golpe son los que más se han puesto al brinco, conscientes de lo que podría venirles encima: “Todos los que participaron en ese crimen, hoy ya se les oficializó el delito” reconoció sin matices, como para que luego digan que no van con segundas intenciones.

“Hay bastante nerviosismo en todas esas personas que participaron en ese acto, que vino a retrasar el país horriblemente, endeudarlo, empobrecerlo” dijo además, aduciendo que esos mismos fueron los que convirtieron a Honduras en el “país más violento del mundo”, calificativo que según se tenía entendido, se logró precisamente durante el Poder Ciudadano de su papi el comandante.

Aun así, aseguró también el muchacho que el más beneficiado con toda aquella movida “fue el Partido Nacional”, que, según él, “así pudo secuestrar el poder, secuestrar la Presidencia de la República durante 12 años”; valoración que hizo recordar a cualquier discurso random de su mami, quien parece haber cimentado su gestión bajo la premisa de las excusas y los reproches.

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