PODER JUDICIAL LEGITIMA ESTADO DE IMPUNIDAD
Con 10 votos a favor y cinco en contra, la tremenda Corte Suprema de Injusticia renovó sin ningún atisbo de vergüenza el pacto de impunidad, con el que los pandos funcionarios de la época del Poder Ciudadano verán apañadas las mandracadas que cometieron entre 2006 y 2009; una decisión que, consecuentemente, dice definitivamente adiós a las esperanzas de la ansiada CICIH. Patada y mordida.
Un fallo indiscutiblemente polémico y que no hubiese sido posible sin la indisimulada complicidad de los magistrados afines al partido colorado, que sumaron fuerzas con sus compinches de la refundición (incluida, por supuesto, la presi Rebeca) para darle la estocada a la ya tatareta justicia catracha y saldar de un plumazo sus deudas políticas.
Así las cosas, a los anales de la larga y negra historia catracha pasarán los dudosamente honorables Rebeca Ráquel Obando, que llevó la voz cantante, Mario Díaz, Roy Pineda, Rubenia Galeano, Nelson Mairena, Odalys Nájera, Ricardo Pineda, Felipe Spears, Patricia Martínez y Roxana Morales; el dream team de la injusticia.
Por contraparte, los cinco pelones que se salvaron de la quema fueron Anny Ochoa, Gaudy Bustillo, Walter Sabio, Luis Discua y Marvin Espinal, todos ellos afines a los cachurecos, que tampoco son los más indicados para andar ahora quejándose de semejante trastada, con el historial que cargan en el lomo.
La votación, que denotó un marcado tinte político en la decisión de cada magistrado, puso una vez más patas arriba el discurso pajizo de la independencia judicial, que en un mundo ideal hace referencia a que todo juez o magistrado es libre, soberano y bla bla bla de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado como le ronque la santa y regalada gana.
Así que, cuando alguno de ellos salga de nueva cuenta hablando con la jeta llena de independencia judicial, habrá que recordarle, por citar uno de tantísimos ejemplos, lo ocurrido el aciago martes 8 de octubre de 2024 en la Corte Suprema refundacional, para que deje de chispear babosadas de una puñetera vez.
Es decir, que hoy más que nunca la mentada Corte dejó de ser un órgano independiente para convertirse en juguetito, aceptando bajarse el calzón para satisfacer los caprichos de la cúpula del gobernante partido de la Libertad y Refundición, que es el titiritero del cuento.
El mentado pacto de impunidad, contenido en el decreto 04-2022, eufemísticamente llamdo “Ley para la Reconstrucción del Estado Constitucional y para que los Hechos no se Repitan”, fue publicado en La Gaceta en febrero de 2022, con el fin único y exclusivo de exonerar a toda una retahíla de exfuncionarios, presos políticos y otros vinculados a movidas pandas, en su mayoría del nefasto gobierno del comandante Mel Zelaya, que esta vez no se conformó con solo la mitad sino que se echó todo al bolsillo.