MANDATARIA YA NO VIAJA CON LOS POBRES
Con razón la presi Xiomara ya días no aparece en sus redes sociales presumiendo que viaja en clase económica cada vez que sale de viaje, si es que ya le agarró el gustito a volar en lujosos jets privados en los que ha emprendido todas y cada una de sus aventuras al exterior desde inicios de año.
Todo empezó el pasado 13 de enero, cuando la invitó a su toma de posesión el presidente chapín, Bernardo Arévalo. Desde entonces, la doñita no se ha querido apear del Learjet 60, el lujoso cacharro con matrícula XA-ONE de la empresa mexicana Aero JL.
Lejos quedan ya los viajecitos en aeronaves con minúsculos baños, los incómodos y rígidos asientos y las largas filas de abordaje, porque ya se sabe que cuando el indio le agarra gusto a lo bueno, después no lo hace entrar en razón ni Dios.
De más está preguntar por el dichoso avión presidencial, con el que estuvo jode que jode, prometiendo venderlo cuando agarrara la guayaba, pues habiendo pasado ya casi tres años desde entonces, el juguetito sigue guardado y ella se sigue haciendo la loca con el tema.
Y como acá, el que no corre vuela, los malillas de Contracorriente hasta se tomaron la molestia de fiscalizarle las excursiones a la doña, que se habría echado ocho de los 21 viajes oficiales que se ha volado desde que se aplastó en la silla presidencial.
Guatemala, China, México o la USA; no importa a donde vaya, pues ya se da por descontado que lo hará encaramada en puro lujo. Y no solo ella, sino también su primogénito Héctor, que nada tiene que andar haciendo ahí, y toda la comitiva de lamebotas que se le arriman sin falta.
Y como ya se sabe que el lujo se paga, la doñita y su séquito tampoco escatiman en gastos, porque ya se sabe que el pueblo paga. Según la propia empresa dueña del avión, la hora de vuelo sale como a 3,700 dólares, lo que significa que haber llegado a la Asamblea de la ONU en Nueva York salió arriba de los 600 mil pesos, a razón de las siete horas y pico que dura el trayecto. Solo la ida.