COMPARACIONES ODIOSAS
Mientras el gobierno catracho de la refundición se acurruca en los brazos de la narcodictadura bolivariana de Nicolás Maduro, sin importarle acabar convirtiéndose en un paria de la escena internacional; su némesis, el gobierno guanaco de Nayib Bukele, con el mundo entero mirándolo, hace migas con el magnate Elon Musk para llevar inversiones a su país. Las comparaciones son odiosas, sí, pero necesarias de todos modos.
Necesarias para más o menos irse haciendo una idea de cuánto falta para caer en el abismo hacia el que nos conducen, pues evidente resulta el hecho de que ambos gobiernos marchan en direcciones diametralmente opuestas, mirando uno con sentido común hacia el progreso, y el otro dejándose arrastrar por su ceguera hacia el bochorno y la indecencia.
Tras la reunión del multimillonario con el presidente guanaco en Texas, donde hablaron largo y tendido sobre inteligencia artificial y otras vainas de igual o mayor calado, resultó inevitable para muchos catrachos no sentir envidia, pues muchos han debido tragarse la bilis tras los coqueteos del gobierno refundidor con Venezuela, que alcanzaron su cénit tras apresurarse a avalar el fraude de las pasadas votaciones, contrario al clamor mundial que señaló con dureza el accionar del narcodictador.
Y a eso se le suma la frustración propia derivada del hecho de sentirse ciertamente engañados, pues las expectativas iniciales tras las elecciones del 2021, cuando la refundación se impuso con contundencia en las urnas, se desinflaron en dos sopapos, con un gobierno que corrigió y aumentó con descaro los defectos de su antecesor, al que da la impresión de solo haber envidiado