HASTA RASEL SE HARTÓ DE OCHOA

El circo en que el consejero refundidor, Marlon Ochoa, pretende convertir al CNE desde que llegó al cargo, está sacando de quicio a más de uno, incluidos algunos cabecillas de su propio partido, como Rasel Tomé, que lo llamó a adoptar mejor un “lenguaje político respetuoso” en vez de andar armando berrinches a lo bruto.

“Él tiene la tarea y responsabilidad de representar correctamente al Partido Libre dentro del Consejo Nacional Electoral”, refirió el diputado refundidor, que sin decirlo denotó estar harto del comportamiento barriobajero de su correligionario en el órgano electoral, donde llegó a comportarse no como consejero sino como el quemallantas que siempre fue.

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Lo instó Rasel a mejor procurar un “diálogo franco y directo” con Cossette López y Ana Paola Hall, que son las que completan el tridente y contra quienes Ochoa ha desahogado su frustración luego de que lo excluyeran de los primeros dos mandatos anuales del CNE, que impedirán a Nerón estar a cargo durante las primarias primero y las generales después.

Y es que Ochoa, lejos de conciliar con ellas para intentar alcanzar acuerdos, ha dedicado sus esfuerzos a incendiar el ambiente, con feos señalamientos hacia ambas, a quienes apunta por dizque haberse confabulado para cimentar un fraude en 2025, echándoles incluso los perros y los chepos en el edificio institucional con la intención de intimidarlas.

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Toda esa crispación provocada por el lacayo del rixismo, sin embargo, no ha hecho más que acentuar su distanciamiento con las otras dos consejeras, a quienes se lo está poniendo en bandejita de plata para que no les tiemble el pulso en caso de así requerirlo la necesidad del momento. Y de eso parece haberse dado cuenta Rasel, y unos cuantos más, incluso en Libre.

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