MÁS TERCOS QUE UNA MULA: CÁRCEL EN ISLA DEL CISNE, VA

Porque en Honduras, cuando se trata de proyectos difíciles, la tercera siempre es la vencida… o eso parece creer el gobierno. Esta semana, el presidente de la Comisión Interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Ramiro Fernando Muñoz, anunció con orgullo el tercer intento de licitación para construir la polémica cárcel de máxima seguridad en la Isla del Cisne

Sí, tercer intento, porque como buenos hondureños, no se rinden ante el fracaso… aunque ya lo hayan probado dos veces.

“Ya hicimos la invitación a las empresas. Esta vez esperamos que sean las correctas y cumplan con los requisitos”, declaró Muñoz, con la esperanza de que, ahora sí, las constructoras se animen a participar. Después de todo, ¿quién no quiere construir una prisión en una isla remota y controversial? Suena como el sueño de cualquier empresa constructora,

Cuando le preguntaron qué había salido mal en los primeros dos intentos, el coronel no dudó en señalar a los bancos. “A las compañías algo las ha limitado, y otra cosa es que los bancos hondureños no quieren avalar este proceso”. Ah, claro, los bancos, esos entes malvados que no ven lo evidente: una cárcel en una isla remota es una inversión brillante.

A pesar de que nadie parece querer involucrarse, Muñoz y las Fuerzas Armadas insisten en que el proyecto es completamente transparente y beneficioso. Tanto así que ya está incluido en el Presupuesto General de la República. ¿Qué más garantías se necesitan?

“Lo tenemos que lograr”, sentenció Muñoz, demostrando que ser tercos es una virtud cuando se trata de construir cárceles. Después de todo, si algo nos enseñan los proyectos fallidos es que, en lugar de desistir, simplemente hay que seguir intentándolo hasta que la realidad se adapte a la terquedad del gobierno.

Y si este tercer intento también fracasa, no se preocupen. Habrá un cuarto, un quinto, o los que sean necesarios. Porque si algo está claro, es que, como las mulas, no se rendirán fácilmente.

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