PRUEBA DE FUEGO PARA LOS COLORADOS EN EL CNE

Horas restan nada más para la votación donde se elegirá a los nuevos tres mosqueteros del CNE, lo que supondrá una prueba de fuego para el Partido Liberal, que tendrá ante sí la oportunidad de demostrar si de verdad es un partido de oposición, o si en cambio optará por la vía fácil, arrimándose a la sombrita que les ofrece la refundación.

Lo que se dirimirá será quién comandará el barco del CNE a partir de noviembre del próximo año, en las generales, cuando la actual jefa, la colorada Ana Paola Hall, deberá deshojar la margarita y decidir si vota por ella misma para seguir en el puesto, si lo hará por el representante cachureco, o si se decantará por el recalcitrante Marlon Ochoa, heraldo de la refundición.

Será entonces cuando se sepa por qué lado masca la iguana y ojalá no vayan a salir todos ellos con pajaritas baratas, dejando el asunto al rifón, ya que en juego estará la mismísima estabilidad del país y la mentada democracia, a la que no se puede seguir agarrando de changoneta porque no es al molote la cosa.

Pero ya veremos, dijo el ciego, porque aunque sea Ana Paola la que vaya a levantar la manito el mero día, lo hará según lo que le dicte previamente desde las sombras el lado oculto del liberalismo, que ojalá recuerde a qué partido representa y qué es lo que estará en juego.

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