LUIS ZELAYA RESTÁNDOSE ÉL MISMO

Luis Zelaya, precandidato del Partido Liberal y autoproclamado matemático de la política hondureña, sigue haciendo cálculos… aunque parece que se le quedaron algunas fórmulas por revisar.

En su más reciente declaración, Zelaya, con su habitual precisión para restar, afirmó que el gobierno de Xiomara Castro no es un “narcogobierno”. Pero, ojo, no se emocionen, porque él es claro: “El narcogobierno era el de Juan Orlando Hernández, porque lo dijo la Fiscalía de Nueva York”, porque cuando conviene la definición de narco depende de un sello neoyorquino.

“Juan Hernández fue condenado a 45 años por traficar en Estados Unidos”, añadió Zelaya con la autoridad de quien parece haber estado en el tribunal repartiendo sentencias. Y aunque admite que el actual gobierno fue financiado por una campaña que huele a… bueno, lo que sea que huele el dinero de los narcotraficantes, insistió: “Pero no es un narcogobierno… a menos que la Fiscalía lo demuestre”.

Y ahí es donde vemos a Luis sacando su calculadora moral: si no hay pruebas, entonces no hay delito. Sencillo, ¿no?

Luego vino lo que todos esperábamos: el homenaje a Mel Zelaya, ese veterano de la política que parece tener una reserva infinita de astucia. Luis lo describió como uno de los políticos más inteligentes del país, pero tranquilos, que, según él, “Mel no es una amenaza para el país”. ¿La verdadera amenaza? Según Luis, es la corrupción, la inseguridad y el desempleo.

Y sobre la famosa narcoreunión en la que participó Carlos Zelaya, Luis deslizó la idea de que es “poco probable” que la pareja presidencial no supiera nada del dinero que entraba de los narcos.

Así sigue Luis Zelaya, restando en la carrera presidencial, mientras suma declaraciones que lo hacen parecer más solitario en su camino hacia la nada.

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