MAURICIO RIVERA SE DESMARCA DEL GOBIERNO
A Mauricio Rivera parece que le llegó la crisis de los cuarenta, porque en un giro inesperado de los acontecimientos se desmarcó de la cínica decisión presidencial de eliminar la extradición con los gringos, pues reconoció que es algo que “golpea al partido” refundidor.
Al respecto, también dijo que él no es marioneta de nadie, recordando a sus correligionarios que en Libre “somos un equipo” y, por tanto, ni él ni nadie está obligado a obedecer a ciegas lo que ordene la presidenta Castro, de quien dijo que “no es absoluta”.
“No es el hecho de que se presente o se salpique a un compañero del partido, el problema es cómo enfrentar la situación y qué decisiones tomás”, dijo después, refiriéndose al cierre de filas de Casa Presidencial en torno a Carlón y su revelada reunión con un grupo de narcos en 2013, con quienes habría negociado un millonario soborno para dizque financiar parte de la campaña de su cuñada aquel año.
Todo el aluvión de críticas hacia el oficialismo, sin embargo, no lo han hecho meditar sobre la posibilidad de tomar distancia, pues “yo sigo siendo Libre, creo en las convicciones de Libre, en los ideales”, por mucho que no comulgue con las decisiones de los de arriba. “La extradición se tiene que mantener hasta que Honduras tenga su propia justicia y su institucionalidad, fuerte y robusta”, sentenció, haciendo pitar los oídos de los que habitan Presidencial.