SER NARCO YA NO ES VERGÜENZA
El padre Ismael Moreno, conocido por sus filosos comentarios, dejó caer una joya de ironía en la plataforma de redes sociales “X”. Según él, ser narcotraficante en Honduras ya no es motivo de vergüenza para las élites y activistas políticas. ¡Al contrario! Ahora es un requisito indispensable para quien aspire a tener un puesto de relevancia en la política nacional.
En su publicación, Moreno lamentó la evolución (¿o involución?) de los valores políticos en el país. “Ser narco dejó de ser vergüenza para cúpulas políticas y activistas.
De haber sido vergonzoso en el pasado, ha pasado a ser orgullo y condición para ser político de altura.
2Ser narco dejó de ser vergüenza para cúpulas políticas y activistas. De haber sido vergonzoso en el pasado, ha pasado a ser orgullo y condición para ser político de altura. Lenguajes, es lo de menos. Ser acusado de narcotraficante se celebra con fiesta y aplausos. Da caché”, escribió el sacerdote.
La sátira del sacerdote no es gratuita. Sus palabras vienen a colación de la reciente confesión del exdiputado Carlos Zelaya, quien sin tapujos admitió haberse reunido con narcotraficantes para financiar la campaña del Partido Libertad y Refundación (Libre) en las elecciones de 2013. Así es, la política hondureña: donde un brindis con un capo puede ser el pasaporte al éxito o a New York, bueno ya no porque ya no hay extradición.
Y es que, en este paraíso tropical, no es la primera vez que un político o funcionario de gobierno se ve envuelto en la dulce tentación del narcotráfico. Si algo nos ha enseñado la historia reciente, es que los verdaderos “héroes” de la política no solo tienen carisma, sino también un buen padrino… o varios.