EL DIPUTADO PEPSI Y SU ARREBATO DE LEALTAD
Salen los sobalevas el diputado Fabricio Sandoval, conocido en los pasillos del Congreso como “Pepsi”, salió al ruedo para defender con pasión a su compañero y líder Carlos Zelaya, justo después de que este y su hijo, el ministro de Defensa José Manuel Zelaya, decidieran dar un paso al costado en sus cargos para ser investigados “libremente”.
No hay mejor manera de enfrentar acusaciones que con un heroico gesto de renuncia.
Con una elocuencia digna de un comercial de refrescos, Sandoval proclamó: “Compañero y líder Carlos Zelaya, conozco tu trabajo y entrega por la lucha en favor del pueblo hondureño”. Porque, según él, nada dice más “entrega” que admitir haberse reunido con narcotraficantes en 2013 para recibir unos billetitos para la campaña. Pero, ¡ojo!, eso no cuenta como prueba, ¿verdad? Después de todo, en 12 años de narco dictadura cachureca “NO PROBARON nada en tu contra”, y si no te han atrapado antes, debe ser porque eres inocente, ¿o no?
Sandoval, con su habitual estilo arrastrado, celebró el acto de sacrificio de Carlos Zelaya al “despojarse del cargo” que el pueblo le confió, como si renunciar en medio de un escándalo fuera el acto más noble que un político puede hacer. “La verdad siempre prevalece y saldremos victoriosos, compañero Carlos Zelaya”, afirmó, como si estuviera recitando la primera poesía del mes de la patria.
Y así, mientras Sandoval brinda su apoyo incondicional a los Zelaya, la trama sigue desenredándose. Porque en este país, donde las renuncias estratégicas y los discursos grandilocuentes son tan comunes como una lata de Pepsi en la esquina, lo único seguro es que la realidad siempre supera la ficción.