QUIEREN HACER LA TRASTADA “BAJO BAJO”

Lo de la aprobación del presupuesto para las votaciones del 2025 como que va para largo, a tenor de la trampita que Luis Redondo y sus amos del oficialismo quieren ensartar en el Decreto Legislativo que publicaron tras la sesión suspendida del miércoles, y que los opositores no están dispuestos a dejar pasar, pues eso supondría, según ellos, firmar su propia sentencia.

“Ese artículo 3 estaba como artículo 4 en la Ley de Procedimientos y Compras para las elecciones primarias de 2025; lo quitaron de allá y lo pusieron como artículo tres en el nuevo”, dijo al respecto el cachureco Toño Rivera, mostrándose veladamente en contra de la trastada que les quieren hacer.

Según Toño, “ese artículo abarca las generales de noviembre del próximo año”, de tal modo que garantizó que no permitirán que el oficialismo haga movimientos “entrelíneas”, al más puro estilo Venezuela, donde ya se está viendo cómo acabó el tamal, con el país aún más patas arriba de cómo estaba.

Y es que al final del inciso 2 del artículo 3 del decreto presentado por Redondo dice que a lo del TREP, con lo que todo mundo está de acuerdo, también quieren agregar “los datos de éstas”, refiriéndose a las “imágenes escaneadas de las actas de cierre firmadas por los miembros de las juntas receptoras de votos”, lo que ha despertado la reticencia tanto de cachurecos como de colorados, pues consideran que por ahí les podrían jugar la vuelta.

Acto seguido, y en vista de que sabe él que no le aguantarán paja, el mandraquero de Luis Redondo salió a dar su versión del asunto en plan mosquita muerta: “Los que no quieren el artículo 3 buscan volver a hacer fraude electoral, inflando votos, votando en más de una Junta Receptora de Votos, como lo han hecho siempre”; palabras que hacen recordar aquello de que “el ladrón juzga por su condición”, de tal modo que lo más sensato es no creerle nadita.

Dice Redondo que quienes más tercos se han puesto con la negativa son “los diputados de la vieja guardia”, porque según él “no son capaces de salir en los procesos internos de sus partidos”, ya que son perros para “inflar los resultados con votos y desplazan con fraude electoral a los demás diputados en las elecciones primarias”.

Pero es que resulta difícil tragarse su pseudo honestidad cuando, por otro lado, tanto él como sus amos han mantenido un secretismo bestial en torno a la aprobación del presupuesto, que quieren que sea de mil 492 millones de pesos aprobados de un solo sopapo y en un solo debate; sobre todo cuando se los ve defender con tanto ahínco el fraude del narcodictador Maduro en Venezuela y su posible réplica en suelo catracho.

Es decir, que Redondo y sus secuaces actúan como el que tira la piedra y esconde la mano antes de salir ante la opinión pública dándoselas de íntegros y demócratas, cuando todo mundo los tiene ya bien guachaditos debido a sus antecedentes, que no son precisamente su mejor carta de presentación.

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