PLANIFICACIÓN SE LUCE GASTANDO EN PUBLICIDAD

 

La Secretaría de Planificación ha decidido que la verdadera clave para el desarrollo de Honduras no son hospitales ni escuelas, sino la magia de la propaganda y la publicidad. Según reveló el economista Mario Palma del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), esta noble causa ha llevado a un aumento presupuestario del 218% para asegurar de que cada hondureño sepa lo increíblemente planificado.

La Dirección General de Presupuesto ha dejado claro que lo que Honduras necesita urgentemente son 264 nuevos puestos de trabajo en el sistema de información y comunicación de la Secretaría de Planificación. Porque, después de todo, ¿qué mejor forma de combatir la pobreza y mejorar la educación que con más comunicados de prensa?

Pero ni siquiera son comunicados de prensa son puros ataques viscerales en las redes sociales.

Palma recordó que ya se habían destinado 130 millones de lempiras a propaganda y publicidad. Pero, claro, esa cifra era apenas suficiente para una campaña publicitaria modesta. Por suerte, la Secretaría ha encontrado 283 millones de lempiras más en algún rincón olvidado del presupuesto, elevando la cifra a un modesto total de 413 millones de lempiras. ¡Y pensar que algunos podrían gastar eso en infraestructura o programas de desarrollo social!

Hasta la fecha, ya se han utilizado 164 millones de esos 413 millones en asegurarse de que la ciudadanía esté bien informada sobre lo bien que se está planificando… algo. Palma, quizás con un toque de envidia profesional, destacó que la Secretaría de Planificación se ha convertido en la reina del gasto en publicidad, superando incluso a las producciones más costosas de Hollywood, con un presupuesto total de 139 mil millones de lempiras.

El economista, en un acto de pura curiosidad intelectual, sugirió que la Secretaría debería explicar por qué está haciendo una inversión tan significativa en propaganda sin que nadie tenga una idea clara de cuál es el gran plan para Honduras en los próximos años. Aunque, a este ritmo, es probable que el plan sea seguro que nadie olvide lo bien que se está planificando.

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