LE LLEGÓ LA HORA A LEONEL AYALA
Los del círculo cercano del indómito graciano poco a poco van cayendo como peones de ajedrez, tal es el caso del excelentísimo Leonel Ayala, ministro de Gobernación del juanorlandismo, a quien la Fiscalía le acaba de clavar un requerimiento fiscal por la millonaria y fraudulenta compra de 7 camiones para el Cuerpo de Bomberos durante los azules tiempos en que disfrutaba él de la guayaba.
Los cacharros salieron a poco más de 81 millones de pesos, valor que hace pensar en que a lo mejor estaban bañados de oro, pero no. El caso es que la sobrevaloración de los mismos le va a costar a Leonel más que un dolor de cabeza en retroactivo y quizás hasta por sorpresa, pues muy cómodo parecía estar él desde que desapareció del radar tras la extradición de su patrón rumbo al norte.
Junto con él también se irán en la colada sus asesores y cómplices, Guilfredo Cerrato Santos y Héctor Martín Cerrato Velásquez; y un tal Kerin Francisco Maldonado Aguilar, representante legal en Honduras de la empresa israelí B Safe Security, que fue a la que se le compró los camioncitos pese a que ni siquiera estaba registrada en el país; de tal modo que al hombre lo acusan de “estafa a título de autor y uso y documento falso”.
Y es que estamos hablando de toda una cría, porque para ejecutar la maniobra y en complicidad con Ayala, que presionó para que la compra se hiciera de modo directo y sin tanta casaca de licitación, presentó una oferta engañosa de camiones alemanes supuestamente virguitos, pero que ya puestos acá fallaban más que una escopeta de feria.
Por eso es que a Leonel lo acusan de “estafa a título de autor”, ya que fue quien orquestó la defraudación al Estado catracho, según la Fiscalía, que en su acusación también explica que, para colmo de males, el exministro habría drenado fondos de las alcaldías de San Peter y la capirucha para financiar la compra, sabiendo que los beneméritos no tenían billete y amenazando a sus jerarcas con volarles el tallo si se ponían al brinco.