REFORMA DEL DIENTE AL LABIO
En “veremos” está la aplicación de la reforma que aprobaron los honorables padres y madres de la patria en el Congreso, con la que buscan, según llos, poner fin a la discriminación que sufren los treintones, cuarentones y cincuentones cuando salen a buscar chamba y se topan con la limitante de su “avanzada” edad que les ponen los patronos.
De tal modo que, según la mentada reforma, que parece más bien una medida únicamente realizable del diente al labio, los deschambados que anden en esos rangos de edad ya no podrán ser echados como perros cuando se presenten con su hoja de vida a suplicar por un trabajito.
Aunque claro, para eso, antes tendría que haber trabajitos disponibles; cosa que está como en chino, pues, por el contrario, cada día escasean más y más. Pero bueno, que el asunto era quedar bien y se logró sin ningún tipo de rencillas en el hemiciclo, lo cual es un claro indicativo de la importancia que le dieron.
Al respecto, Osman Chávez, uno de los que votó a favor, dijo que es una ley que beneficiará a “miles de personas” que de una u otra forma sufren discriminación laboral “por tener 30, 40 o 50 años”, dejando notar que no sabe el hombre lo que significa realmente echarse a la calle, de sol a sol, a buscar empleo.
“El incumplimiento de las disposiciones contenidas en este decreto acarreará para los empleadores una multa entre dos y tres salarios mínimos, misma que será aplicada por los jefes del cuerpo de inspectores de cada oficina regional del trabajo o la autoridad que haga sus veces”, reza el artículo 87 de la reforma. Pero, como dicen, el papel aguanta todo.