EL BURRO HABLANDO DE OREJAS

Todo parece indicar que, a Luis Redondo, el conserje de Libre en el Congreso, no le gusta nadita que sus colegas diputados anden del timbo al tambo en el hemiciclo, jurando lealtad al partido que les ronque la gana, en alusión indirecta al grupillo de “calixtos” que se mudó al Partido Liberal.

Sin embargo, olvidó convenientemente que precisamente es él uno de esos “tránsfugas” desde que regaló su voluntad a Libre a cambio de que este partido político le echara segunda para quedarse amarrado a la silla, como presidente del Legislativo.

Tanto es el malestar del cínico súbdito de la refundación que ahí salió de repente pidiendo un “análisis jurídico” que aclare lo de los cambios de bando en el hemiciclo, porque “no procede el hecho de que un diputado diga ‘me voy de aquí, ahora estoy acá'”, pese a ser él quien mejor encarna esa teoría.

“Ningún diputado electo de este poder del Estado que corra como independiente va a salir como diputado”, se justificó, prometiendo a los parlamentarios que cuando el dichoso análisis esté listo, se los va a compartir para discutir el asunto, alardeando como el gran dialogador que nunca ha sido.

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