LE LLUEVE A LUIS

En pie de guerra anda el liberalismo auténtico contra de la mezquindad de Luis Zelaya, que al amparo de su propio descaro anda sirviendo como amplificador de su amo Mel, prestándose como su caballito de troya para intentar corroer al partido desde dentro, porque ahora sabe la refundación que son los colorados sus rivales a batir en las urnas.

Sobran los colorados que le andan pelando la cara al exrector, que sigue enrocado en su estrategia de desprestigiar a su partido por haberse dado la oportunidad de resucitar dando cabida a Nasralla y Cálix, con unas críticas feroces, inoportunas y absurdas viniendo de alguien que se jacta de su amor incondicional por el liberalismo al que él mismo contribuyó para hundir con su campañita simplona en 2017.

A los riflazos recibidos de parte de Mario Segura, Yani Benjamín y el Pollo Contreras, quienes cada uno a su manera le recetaron su respectiva dosis de “ubicatex”, se sumó ahora Ricardo Elencoff, con un soberano repaso no solo a Luis, sino también a los otros pseudo liberales que como él andan haciéndole los mandados a Casa Presidencial.

“Luis Zelaya y su séquito de vagos, velones, sanguijuelas, chamberos oportunistas como Kikito, Martell, Chilo Cruz… son gargantas asalariadas, malos hijos, malos padres, malos maridos; son perdedores, los han vergueado de noche y de día”, le dijo.

Palabras, las del diputado por Colón, a las que no les hace falta ningún análisis, pues hablan y caminan solitas, y que refuerzan lo expuesto también por el periodista y analista Óscar Estrada, que en un tuit de 1,466 caracteres expuso al troyano como una figura divisoria dentro del liberalismo, y no de ahora sino incluso desde que fue candidato u jefe del Central Ejecutivo años atrás.

Pero, por más que le tiren, difícilmente la mansa paloma vaya a desistir de sus intenciones, pues lo acordado con sus amos seguramente lo firmó con sangre, a cambio de sabrá Dios qué cosas; quizás de un empujoncito para su añorada nueva precandidatura, aunque a la convocatoria que hizo el “finde” en la capirucha solo asistieron cuatro o cinco gatos, todos ellos con cara de jugadores de póker.

Una realidad que le debió haber reventado en la cara, pues dice él que en las encuestas es el puntero y que nada más es cuestión de que se termine de decidir para presentarse en las internas y arrasar con todo lo habido y por haber, pues en su mente el liberalismo lo ve como una especie de dios salvador, aunque en la realidad no sea más que un caballo de Troya.

 

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