SESIÓN A PUNTA DE RIATA

A punta de riata se acabó realizando la sesión del Congreso tras más de mes y medio de vacaciones concedidas por obra y gracia de Luis Redondo, que aprovechó el descansito para pijinear por aquí y por allá. Y pese a que empezó con hora y pico de retraso, no hubo desperdicio en cada minuto de acción.

El momento álgido, sin duda, se vivió cuando a Yahvé Sabillón y Mario Chirinos, “calixtos” que recién fueron bautizados en la parroquia liberal tras renegar del refundacionalismo ortodoxo, sus excompañeros de bancada les jugaron la vuelta arrebatándoles el curul y dejando a ambos vagando de un lado a otro como el perro de las dos tortas.

Y por más que insistieron, no hubo manera de doblegar la voluntad de los usurpadores suplentes designados por Luis Redondo para ejecutar la maniobra, que al fin y al cabo son fiel reflejo de quienes los votaron. Razón por la cual se entiende que no hayan aguantado paja, pues dialogar les da repelús. ¡Hasta las plaquitas con sus nombres les quitaron!

Una situación, que además de penosa, volvió a evidenciar la carencia total de espíritu democrático de los parlamentarios oficialistas, pues los curules no les pertenecen a ellos sino al pueblo, como bien les recordó Yuri Sabas, en clara defensa a sus nuevos correligionarios.

Pero más allá del remedo de trifulca, también hubo chance para otras vainas, pues los asuntos pendientes en el hemiciclo tras 47 días de pelazón eran ya unos cuantos. El primero en dar la nota fue el refundidor Edgardo Casaña, que quiso aprovechar la ocasión para congraciarse con el magisterio al que desde hace días mantiene con los pelos de punta, pidiendo para ellos una jubilación a los 55 añitos de edad.

Cargado de razón y para reforzar su postura, llevó hasta ahí al ministro Sponda, que tiene con los pelos de punta a la otra mitad del gremio, quien explicó las supuestas ventajas que traería reformar la ley. Y aunque fijo acabarán logrando su cometido, todo lo expuesto sonó como a cuento chino.

Y hablando de cuentos chinos, inmediatamente después, el diputado “Pepsi”, Fabricio Sandoval, salió a defender los grandísimos logros que dizque ha tenido el gobierno que le da de hartar desde que decidió ponérsele en cuatro al gigante asiático, una decisión con la que, según él, “demostramos que estamos solucionando los problemas”.

Unas palabras que demostraron una vez más que “Pepsi” no es más dundo porque no entrena, pues desde que se consumó el capricho de deshacerse de Taiwán para pegársele a China, las camaroneras en el sur han ido cayendo una tras otra, como piezas de dominó.

Menos mal que ahí mismo anunciaron que pronto habrá chance para exportar 250 contenedores repletos de bichos a aquel país, porque la cosa se les estaba poniendo peluda. Pero ojalá, no por ellos sino por los pobres camaroneros, que la noticia resulte cierta, pues en el aire siempre estará la duda razonable de si cumplirán o no con lo que dicen, porque, así como son…

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