REINA Y SHACKELFORD, PRIMER ROUND
Sigue la cárcel de Islas del Cisne tensando las relaciones entre los lacayos de la refundación y todo aquel o aquella que se atreva a cuestionar semejante e innecesaria aberración. Y si no, que se lo pregunten a Alice Shackelford, emisaria de la ONU, a quien el canciller Enrique Reina dio hasta para los chicles por cometer ella el abominable pecado de opinar sobre lo que le dé la gana.
Sensible como de costumbre con las opiniones contrarias a la gestión de sus amos, el canciller cuestionó a Alice por, según él, no haber vivido y desconocer la realidad catracha “producto de la narco-dictadura”, pues solo así se entiende que la doñita ande preocupada por la idea refundidora de construir una cárcel tan lejos, cuando según ella lo que se debería hacer es trabajar en un “enfoque más de prevención”.
Una postura propia de la izquierda más blandita encarnada, supuestamente por la propia refundación, y que sin embargo contrasta con la dureza que curiosamente parece demostrar el izquierdista gobierno de la refundición, que en este asunto parece más derechista que Bukele, aunque pareciera que solo lo hace para no dar su brazo a torcer, pues su capricho de echar pa’lante con la construcción de la cárcel ya no tiene vuelta atrás.
Aun así, Reina concuerda con la prevención sugerida por Alice, pero solo “en un ambiente en que toda la institucionalidad funciona bien”, que no es el caso de Honduras, donde lo que conviene es “tomar medidas fuertes”, según dijo.
Renglón seguido pidió Reina a la representante de las Naciones Unidas hacer uso de la “prudencia diplomática” a la hora de abrir el pico sobre asuntos internos, pues el hecho de no hacerlo es “alimentar las voces que no quieren que ese esquema cambie en el país”.